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El Esclavo
Luigi Passarelli
En un futuro prГіximo y de posguerra, un joven entra en el programa Price, la nueva gestiГіn de la sociedad a la que se accede cuando uno es adulto. El joven encontrarГЎ a una chica que le mostrarГЎ nuevas perspectivas de vida.
Luigi Passarelli
Editor: Tektime - Traduzionelibri.it (http://www.traduzionelibri.it (http://www.traduzionelibri.it)).
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Era un dГa normal para todos. Ivano esperaba su turno con los otros chicos,que nacieron el mismo dГa que Г©l, en la elegante sala de espera. Solamente habГa visto a cuatro o cinco. Г‰l era el penГєltimo. Ninguno hablaba y ninguno decГa nada, mejor asГ. En el fondo era una rutina. Todos leГan el manual con las instrucciones que ya habГan tenido la oportunidad de aprender en todos los aГ±os de vida escolar y familiar. Algo redundante, pero se sabe que las cosas que se dan por descontadas se archivan como algo superfluo en algГєn lugar del cerebro. Y en algunos casos, cuando algo iba mal, raramente se divulgaba en los medios de comunicaciГіn, pero Ivano nunca habГa vivido o conocido historias en primera persona que pudiesen preocuparle. Como los demГЎs, fingГa estar ocupado, ser responsable einteresarse por el manual, leyendo historias de cuando los chicos de su edad estaban obligados a tres exГЎmenes mГ©dicos para determinar si eran idГіneos para realizar el servicio militar obligatorio. Nada nuevo. El mundo siempre habГa sido igual. BГЎsicamente aburrido. Tal vez un poco mГЎs aburrido. Como aquel verano que terminГі el colegio. Ese extraГ±o verano en el que se abre un mundo nuevo, el mundo de la Universidad o del trabajo. No habГa que hacer deberes. Estudiar por estudiar no pasa por la cabeza. Su familia nunca habГa ido de vacaciones. Г‰l, hijo Гєnico, habГa participado en algunas excursiones por su regiГіn, con objetivos didГЎcticos, pero nunca mГЎs de un dГa. Se acordaba de sus compaГ±eros y amigos. Le habrГa gustado que alguno de ellos hubiese continuado a ser su amigo en el futuro, pero se habrГa necesitado mucha suerte. Envidiaba a los que se podГan mudar a otro lugar. El estГmulo de viajar le habГa acompaГ±ado siempre. IrГa a la Universidad; muchos trabajos se lo permitirГan,algГєn dГa.
«¿Ivano? Ven, te toca.»
Era su turno.
Hacerse preguntas sobre el Programa Price no era muy aconsejable. La felicidad significaba ir mГЎs allГЎ, mГЎs allГЎdel peso de la vida. HabГa muchas tГ©cnicas. DГas antes su padre le habГa obligado a seguir videoconferencias para prepararse para el gran evento. El dГa esperado desde que naciГі, y ese dГa al fin llegГі. Solamente tenГa que levantarse de la silla, olvidar su pasado, y seguir a la enfermera.
La sala de operaciones le recordaba a la de su dentista. Ivano sabГa que tardarГa solamente diez minutos, y era mГЎs que suficiente.El anestesista, acostumbrado a estas cosas, se puso a trabajar inmediatamente. Ninguno hablaba, pero alguno fingГa sonreir de manera cortГ©s.
Es difГcil fingir siempre, e incluso a las puertas del evento mГЎs importante para un joven. Sin embargo, toda esa gente estaba adiestrada. Ivano sacГі fuerzas y usГі tГ©cnicas de aislamiento mental. La anestesia y el olor de la habitaciГіn le ayudaban.
No perdГЎis el sentido, pero la molestia de la cГЎnula que entraba en una de sus fosas nasales era evidente y le causaba nГЎuseas. TenГa que llegar cerca de la glГЎndula pineal, depositar la Гєltima versiГіn del microchip y sacar la cГЎnula sin provocar daГ±os graves.
Solo entonces se preguntaba quГ© relaciГіn podГa haber entre lo orgГЎnico y lo tГ©cnico, pero en el fondo eran la misma cosa para Г©l. Sin duda ni el microchip ni el mГ©dico sufrГan. DespuГ©s de unos minutos, todo habГa terminado. El alivio de sentir fuera la cГЎnula se acompaГ±aba de la disminuciГіn de los efectos de la anestesia. Poco despuГ©s se podrГa levantar y caminar en un mundo de adultos.
Por una parte sentГa que habГa vuelto a nacer, y por otra parte se sentГa agobiado y consciente de un cambio importante.
В«Ya puedes levantarte, Ivano.В»
SГ, podГa levantarse. Un leve dolor de cabeza y una pГ©rdida de equilibro le acompaГ±aban al escritorio del estudio. Le esperaba su identificaciГіn, su archivo con las contraseГ±as provisionales y las instrucciones que ya conocГa de memoria.
«¡Bienvenido al programa Price, Ivano!»
Ya estaba hecho. Fue mГЎs larga la espera que todo lo demГЎs. Nada de especial. Tal vez solamente las consecuencias tenГan un alcance significativo. No le quedaba mГЎs que volver sobre sus pasos, a casa, e intentar no causar daГ±os.
Regresaba por el camino que solГa tomar. Se encontrГі frente a la tienda donde se habГa enamorado de tantas chicas y mujeres durante su adolescencia. En el escaparate no habГa ninguna que le inspirase, pero hizo una prueba. AcercГі su telГ©fono a una chica en bikini para probar el programa. Ella parecГa feliz y agradable. Sin embargo, la cuenta no estaba todavГa activada. Ivano no sabГa el coste de la operaciГіn, ni aГ±adir a la chica al carrito o a la lista de deseos. La chica hizo ademГЎn de girarse. No la podГa oГr, pero se entendГan. Evidentemente no le desagradaba el aspecto de Ivano; era una pena que no fuese del agrado de Ivano. Se alejГі y volviГі a pensar en aquellas chicas que le quitaron el sueГ±o tantas noches y que le dieron una efectiva y sensual compaГ±Гa en su imaginaciГіn y cГіmo poco a poco desaparecieron de su vista. Se avergonzaba un poco, sobre todo por su familia. Le habГan dicho que no tomase en consideraciГіn ciertas hipГіtesis. Crear una familia era algo mГЎs, incluso en aquella Г©poca. Con el debido tiempo habrГa encontrado a la mujer correcta. Sus pequeГ±as aventuras escolares con algunas compaГ±eras no le habГan satisfecho completamente. Siempre viviГі en el miedo y en la clandestinidad.
Un mendigo llamГі su atenciГіn. Ivano querГa hacer otra prueba, entender su poder, si era todo verdad. AcercГі su telГ©fono al hombre. SГ, esta vez funcionaba. El hombre tenГa un valor de tres mil crГ©ditos. El hombre con una pierna mutilada, una barba de profeta, sucio como ninguno y vestido como un militar napoleГіnico le dedicГі una sonrisa burlona.
«¡Oye chico! ВїQuieres comprarme? ВїTe estГЎs divirtiendo? ВЎHazle un regalo a tu madre! ВЎLlГ©vame a tu casa, dame una habitaciГіn y sГЎbanas limpias!SerГ© muy Гєtil, Вїno crees?В» Ivano se asustГі y se avergonzГі. SГ, era verdad, funcionaba asГ.
Se alejГі rГЎpidamente y pensГі en el respeto por las personas, pero tambiГ©n en su utilidad prГЎctica. TodavГa habГa una posibilidad de elecciГіn en el Programa. TenГa que ser astuto como siempre, o al menos conservar una lГnea de ganancias. Ahora tenГa miedo de que alguien descubriese su verdadero valor y se aprovechase.
Todos se sabГan de memoria las reglas principales del Programa: solo los demГЎs podГan saber la cantidad de crГ©ditos de un individuo; solo otro dispositivo podГa evaluar, nunca el propio. El padre, antes de que Ivano fuese a la consulta, lo quiso tranquilizar: una vez dentro del Programa se puede estar tranquilo. Los crГ©ditos eran estГЎndar para todos, la cantidad dependГa de la propiatrayectoria en la vida, pero Г©l ya se sabГa orientar y se esperaba un crГ©dito reconfortante. Una cifra que le permitiese no continuar.
Sin embargo, Ivano se imaginaba su vuelta a casa. Sermones, atenciones y mГЎs sermones. El padre no habrГa perdido la oportunidad de darle una idea mГЎs precisa de la situaciГіn, pero, en realidad, se hacГa querer. En su casa nunca habГa faltado de nada, excepto la posibilidad de viajar. El mundo era algo desconocido; solamente habГan conocido algunos barrios, y esto debГa ser suficiente porque el mundo era muy peligroso para conocerlo completamente. Los viajes los gestionaba el Programa, y solamente algunos afortunados conseguГan dejar su ГЃrea de Competencia, igualitocomo sus padres y Г©l, y quizГЎs algunos amigos.
Ivano pasaba por delante de las pocas tiendas activas de la calle. Casi todas eran tiendas de comida. HabГa tenido la tentaciГіn de hacer, a escondidas, su primera compra; al menos un caramelo, pero sabГa que su padre se habrГa cabreado con Г©l. HabrГa echado a perder su cumpleaГ±os Price y, a lo mejor, su padre, al hablar con los Tutores del Sistema, le habrГa puesto un lГmite de gasto.
Para ser un adulto de verdad y hacer felices a los suyos tenГa que comportarse y rechazar las tentaciones infantiles. En realidad no habГa cambiado mucho con respectos a los aГ±os anteriores. Antes no podГa permitirse nada, y ahora tampoco. Lo Гєnico que tenГa que hacer era esperar el momento adecuado para invertir en algo suyo, y obviamente no era en un infantil caramelo. AdemГЎs, tenГa que esperar a que su padre controlase su crГ©dito. SГ, estaba impaciente por sabercon cuГЎnto le habГan reconocido su compromiso, su carrera, y, bГЎsicamente, su vida entera. Se fiaba de su padre, pero no ciegamente. TenГa miedo de no saberlo todo y de que se le escapase algo en sus cГЎlculos. En realidad temГa que sus compaГ±eros hubieran recibido una cantidad mayor que la suya. Vergonzoso. AcelerГі el paso. Le faltaba poco para llegar a casa.
Ivano toco al timbre, ya que nunca habГa tenido llaves. El padre corriГі a abrirle la puerta. Como todos los padres, no trabajaba el dГa del cumpleaГ±os Price de su hijo.
«¡Ivo! ¡Lo has conseguido! ¡Ven, entra! ¿Y qué… estás emocionado? ¿Te sientes mayor? Siéntate que tenemos una sorpresa para ti.»
La madre trajo una tarta seca con una vela encendida. Todos estaban sentados en la mesa, bueno, en realidad, todos no. Faltaba el resto de sus familiares, pero hasta que el Programa no diese crГ©ditos suplementarios para los regalos de la fiesta, nadie compraba nada. Ivano soplГі la vela, y deseaba irse a su habitaciГіn, pero no podГa. El padre de Ivano cogiГі su telГ©fono y con solemnidad lo acercГі a la cabeza de su hijo.
«¿Estás preparado? ¿Lo quieres saber o no? ¿No tienes curiosidad? Todos estos años he estado a tu lado, te he aconsejado y te he guiado. ¡Lo único que tengo que hacer es un clic y lo sabré! ¡Ah! ¿Alguien te ha evaluado por la calle o has sido un ingrato y le has pedido el favor a alguien? ¿Qué dices Ivo? ¿Lo hago?»
El padre finalmente lo supo. Al principio estaba serio y preocupado, pero despuГ©s se relajГі. В«Tal y como creГa. Exactamente como creГa. Nunca me equivoco, Вїverdad, cariГ±o? ВЎMira!В»
El padre lo habГa adivinado. En su corazГіn, Ivano esperaba una cifra mГЎs alta. No tenГa ningГєn motivo; era solo un deseo. SГ, habrГa deseado recibir una cantidad mayor de lo que mostraba la real cifra, pero soГ±ar demasiado puede resultar engaГ±oso. Se habГa topado con un muro. En su cabeza se habГa imaginado una novela con un final feliz. Ahora solamente querГa irse a descansar. Le seguГa doliendo la cabeza y no le habГa vuelto del todo el equilibrio; se sentГa mejor caminando que estando sentado y quieto. La tarta estaba rancia, de esas ya preparadas, y de esas que para tragar el trozo tienes que beber tres vasos de agua. SoГ±aba con la crema de otros tiempos.
El padre e Ivano se sentaron en el salГіn. A la madre no le interesaba otra cosa que no fuese la normal administraciГіn de la casa: gestiГіn de la despensa, limpieza y pequeГ±os recados. Su marido se encargaba de su crГ©dito, ya que siempre habГa sido una pГ©sima estudiante. Este hecho la habГa humillado y deprimido a lo largo de su vida, asГ que no participaba voluntariamente en las decisiones de la familia, pero muchas veces su marido, en privado, de hecho, solamente en la habitaciГіn, le pedГa opiniones y consejos, pero ella respondГa con pocas palabras, las suficientes para contentar a su marido. Echaba de menos a su familia, pero nadie sabГa por quГ© se habГa interrumpido el contacto, al menos nadie lo sabГa oficialmente. CorrГa un rumor sobre un arresto de un pariente suyo y ya estГЎ.
El padre de Ivano trabajaba en el mantenimiento de un parque infantil, el Гєnico que habГa en el ГЃrea de Competencia. El parque era enorme y tenГa una infraestructura grandiosa que naturalmente necesitaba continuas revisiones, medidas tГ©cnicas y de supervisiГіn y el padre de Ivano se habГa convertido en uno de los responsables de la zona. Sin embargo, para Ivano, el placer de visitar el parque infantil habГa disminuido durante el paso de los aГ±os. No habГan incluido ninguna novedad; era todo exactamente igual a como lo recordaba, asГ que con el paso del tiempo no tenГa ningГєn interГ©s en ir. Su padre no le culpaba, bГЎsicamente su trabajo estaba destinado a familias con niГ±os pequeГ±os. SabГa con certeza que los hijos de Ivano podrГan entrar gratis todo el tiempo que quisieran, gracias a su presencia, y eso le bastaba: un pequeГ±o privilegio del que estaba orgulloso. El padre de Ivano necesitaba incentivos, aunque pequeГ±os, para no pensar en otros inconvenientes.
En el salГіn, Ivano escuchaba las palabras del padre, llenas de sabidurГa, pero melancГіlicas y desconcertantes. No comprar nada que no fuese estrictamente necesario: la matrГcula de la Universidad incluГa la comida, libros, ebooks, apuntes, y todo lo demГЎs. No tendrГa que cambiar nada en la actitud de Ivano; debГa seguir igual de bien como ya lo habГa hecho en el instituto, de hecho, era imprescindible sacar las mejores notas. El padre solo pedГa cuatro aГ±os de intensidad y constancia. DespuГ©s, pasarГa al paso siguiente.
Recordaba que no todos sus compaГ±eros habГan corrido la misma suerte; no todos compartГan sus capacidades. Era necesario agradecer a todo y a todos: reconocer que era un privilegiado y centrarse en esta idea para mantener su posiciГіn. Mantener la posiciГіn. Ivano habГa oГdo durante toda su vida todas estas historias, pero ese dГa le resultaban desagradables.SoГ±aba con desentenderse y meterse en la cama, si no era para dormir, al menos para ponerse los auriculares y escuchar un audio de sueГ±os. No querГa admitirlo, pero no podГa seguir el monГіlogo del padre. Los temblores, unidos a una especie de ligera parГЎlisis, le hacГan sudar. La madre, que habГa pasado por el salГіn un par de veces, se habГa dado cuenta, pero no dijo nada, como siempre.
В«Venga, ve a descansar. Que yo sepa, hoy en dГa la operaciГіn es coser y cantar, pero recuerdo cuando me tocГі a mГ, estuve en la cama durante una semana. Pensamos recurrir a la garantГa, pero despuГ©s se me pasГі todo.В» Ivano se levantГі mecГЎnicamente. Por suerte las escaleras tenГan todavГa una barandilla y se arrastrГі hasta su habitaciГіn.
Ya habГa pasado todo. ComenzГі, tumbado en la cama, a dudar sobre sus estudios, pasados y futuros. Se dio cuenta de que no habГa elegido acorde con sus deseos, pero habГa hecho todas las pruebas previstas para llegar a un lugar adecuado a su naturaleza e idГіneo a sus caracterГsticas. No debГa tener dudas; no existГa la posibilidad de haber elegido mal, pero, de todas formas, se sentГa un mediocre, tambiГ©n porque sabГa que, en realidad, no tenГa deseos plausibles o verosГmiles. Le habrГa gustado viajar y elegir de vez en cuando el camino que recorrer, pero no sabГa mucho del mundo. Se sabГa de memoria los mapas del mundo, de los que, de hecho, no habГa mucho que saber o imaginar.
Solamente un compaГ±ero suyo estudiarГa lo mismo que Г©l; un compaГ±ero con el que nunca habГa hablado. Nunca antes se habГan encontrado y ni siquiera sabГa cГіmo se llamaba, pero el Гєltimo dГa de instituto quedaron para ir juntos un dГaa ver la facultad en la que estarГan. Cada facultad estaba separada de las demГЎs. Nunca habГa visto ese edificio y tampoco habГa oГdo hablar de Г©l, pero no estaba lejos de su casa. Se llamaba Contenedor B1 y decidiГі ver si en su tablet podГa encontrar alguna foto. Era extraГ±o que no lo hubiese pensado antes. QuedГі decepcionado, pues solo habГa una aplicaciГіn para descargar. No habГa mГЎs resultados, asГ que era inГєtil continuar con la bГєsqueda. PensГі que tendrГa acceso a los datos una vez inscrito. Su padre ya le habГa informado de cuГЎntos crГ©ditos perderГa durante el aГ±o, pero tambiГ©n de las posibilidades de acumular otros. QuizГЎs deberГa dar definitivamente un salto cualitativo, y asГ, le volviГі la esperanza y la energГa. Tal vez valГa la pena hacer todo lo posible por los crГ©ditos. PensГі en un resultado positivo, pero temГa que fuese todo muy difГcil: pruebas imposibles, preguntas y respuestas trampa, todo para impedir su justo reconocimiento, pero, en verdad, si todo fuese fГЎcil, no tendrГa las mismas ganas de aumentar sus posesiones, o quizГЎs sГ. Se puso los auriculares para escuchar su emisora preferida, pero la Voz de la Conciencia empezГі a hablar. В«Ivano, ahora que eres todo lo que siempre soГ±aste, deja de pensar en negativo. Disfruta de estos momentos junto a tus seres queridos. MuГ©strales agradecimiento por todo lo que han hecho por ti. Es gracias a todos nosotros, que siempre hemos estado a tu lado, que has llegado al Gran DГa. SГ© consciente y agradecido. ВїQuieres escuchar tu horГіscopo diario?В»Ivano odiaba el horГіscopo; odiaba todo aquello que, sin ningГєn esfuerzo, se podГa saber; sin embargo, parecГa hecho a propГіsito. La emisora puso una lista de canciones, aunque solo conocГa a un artista. Un artista histГіrico; uno de los pocos que han sobrevivido. Lo habГa estudiado y requeteestudiado.Tuvo una asignatura especГfica sobre este asunto: el abandono de la idolatrГa y del amor por los iconos. Eran, de hecho, productos. Dado que el Programa no era capaz de manejar las sensaciones puras e impuras, se habГa decidido no continuar con esa asignatura. No era capaz de comprender si era Гєtil, justo, merecedor o no; si preferГa coger al toro por los cuernos y lanzarse de lleno en su creatividad. Ivano pensaba que todo era cosa del pasado, un pasado lleno de dudas y problemas, de incertidumbres, de muchas equivocaciones. Ahora habГa abandonado todo esto. No habГa vivido la agitaciГіn y la cultura, pero ya no podГa dar marcha atrГЎs. Ni siquiera se sentГa capaz de crear algo, se beneficiaba de la energГa positiva y dejaba que alguien mГЎs competente que Г©l fuese elegido por la SelecciГіn. HabГa escuelas especГficas, muy difГciles, que enseГ±aban a los mГЎs adecuados a ser objetivos y seguros. Г‰l habrГa conseguido el peor resultado en la prueba.
Adoraba estar tumbado y mirar el techo, sobre todo cuando la programaciГіn estaba en sintonГa con Г©l. Amaba su habitaciГіn. SГ, la Voz tenГa razГіn: habГa realmente realizado un sueГ±o, pero ahora necesitaba descansar, pero dormir le habrГa alterado el sueГ±o nocturno.
Una sensaciГіn de tranquilidad y realizaciГіn personal le dieron una renovada confianza en sГ mismo. Se sentГa preparado para seguir adelante. Continuar con sus pequeГ±as cosas era el Гєnico viaje que podГa permitirse; un viaje ya preparado y soГ±ado. Solamente tenГa que pasar un tiempo para realizarlo completamente. La confianza lo era todo. Sus estudios le ayudaron, ahora entendГa todo mejor. Se estaba abriendo la dimensiГіn de la realizaciГіn. ВїEra el microchip el que tenГa todo este poder? Г‰l no sabГa la respuesta.
DГas despuГ©s, su mente, o mejor dicho, la parte frontal de su cabeza, parecГa haberse acostumbrado a la intrusiГіn de este aparato. RecibiГі la llamada de su compaГ±ero y su padre le dio permiso para quedar con Г©l, ya que era una prГЎctica que el padre aceptaba. Era mediodГa y los dos amigos se encontraron delante de su antigua escuela, cerrada. Una sensaciГіn de nostalgia les invadiГі a ambos. Intercambiaron las primeras palabras, centradas en sus experiencias pasadas, tambiГ©n porque no tenГan ni idea de lo que les esperaba al final del verano. Ambos conservaban un sentido comГєn poco tradicional, tГpico de los adolescentes, por lo que fingГan no fiarse ni del protocolo ni de los rumores que corrГan por el pasillo, que por lo que parece coincidГan siempre. BГЎsicamente habГa una especie de competiciГіn entre ambos sobre supuestas mejorГas y privilegios varios que podrГan obtener a lo largo del futuro. HabГa quien decГa que su trayectoria era mejor, mГЎs rica, mГЎs satisfactoria y habГa otros quedecГan lo contrario. En cualquier caso, no lahabГan elegido ellos libremente, pero todos los estudiantes esperaban que el Programa fuera magnГЎnimo y subjetivo, incluso mГЎs allГЎ de sus esfuerzos o de sus resultados en el test.
CaminГі hacia el Contenedor B1 y el amigo de Ivano no se aguantГі mГЎs y dijo: В«Oye… Вїhas comprado algo? Yo no. Si quieres te evalГєo la cuenta y tГє la mГa. Mi padre dice que lo tenemos que controlar y que hay que estar atento a lo que se piensa y se hace. ВїNo tienes miedo?В» Ivano acercГі su telГ©fono a la cabeza del amigo y, para gran sorpresa suya, apareciГі una cifra mucho mayor que la suya. No dijo nada, pero no quiso que su amigo le evaluara. «¿Por quГ© no? Te enseГ±o la pantalla. Mira, hazlo tГє solo. Te doy el telГ©fono y despuГ©s borras los datos. ВїLo sabes hacer, no?В»Ivano aceptГі, y tenГa ganas de saberlo. CogiГі el telГ©fono de su amigo y evaluГі su crГ©dito. La misma cantidad que ya sabГa. No borro los datos y con un poco de vergГјenza devolviГі el telГ©fono a su amigo, el cual sintiГі un poco de compasiГіn.
В«Mi padre tiene razГіn.В» dijo.
Ivano le recordГі a su amigo una clase de Г©tica: una vez se es mayor, se pueden conducir los coches a hidrГіgeno. Hay que ser preciso, cuidadoso y disciplinado por la carretera, ya que se necesita mucha suerte. Si cae un ГЎrbol o alguien hace una mal maniobra, podrГas morir y no serГa culpa tuya.В«Pero lo mГo no es fortuna; es mГ©rito. MГ©rito calculado.В» Ivano dijo que en el fondo el secreto era hacer simples las cosas complicadas. Su amigo le dijo que se callase y que no volviese a repetir nunca mГЎs una frase asГ. Las palabras secreto y atajo no se admitГan. HabГa que sufrir y basta. Merecer, como Г©l. El amigo se quedГі en silencio y despuГ©s soltГі que si Ivano continuaba con su discurso, se verГa obligado a dar un aviso de mГ©rito. AIvano no le asombrГі que no hubiesen hablado durante cinco aГ±os, en cualquier caso lo asegurГі y pensГі en cГіmo obtener el triple de crГ©ditos. Se necesitaba una tГЎctica. Los dos caminaron en silencio, cabizbajos, cada uno con sus pensamientos controlados por el microchip. A Ivano le vino a la mente cuando fue a visitar a su abuelo a la residencia de veteranos; su abuelo combatiГі en la Гєltima guerra. Estuvo en la base de los misiles, asГ que habГa explorado un poco el mundo, al menos gracias a los satГ©lites para los servicios secretos. El abuelo, en aquella Гєnica visita, le dijo pocas cosas en comparaciГіn con la curiosidad infantil de Ivano. La guerra le habГa enseГ±ado que un amanecer y un atardecer se presentaban igual ante unos ojos apenados y mundanos y que ahora estaba convencido de que no habГa ningГєn modo real de disfrutar de la vida. Muchas introducciones microscГіpicas o macroscГіpicas afectaban a nuestra conciencia y lo peor era que las que prevalecГan eran las negativas. No habГa salida. No te engaГ±es Ivano, no te hagas ilusiones, tГє tampoco lo conseguirГЎs. De todas formas, el recuerdo de su abuelo se interrumpiГі cuando recibiГі un mensaje de alerta en su telГ©fono: actividad no permitida, pero para entonces ya habГan llegado al edificio. Ambos sonrieron y se dijeron lo extraГ±o que era el que nunca se hubieran fijado. Ahora sabГan que ese cubo sin ventanas reales, pues eran virtuales, era el Contenedor. Su amigo le dijo que algunas veces habГa pasado por delante y nunca se habГa percatado del edificio. Ambos, sin embargo, se llenaron de orgullo. QuerГan acercarse a la entrada con la esperanza de entrar, pero no fue asГ. En ese momento no se podГa entrar. AdemГЎs del cubo, habГa una zona de tres metros de jardГn embaldosado y un espacio un poco mГЎs grande en la entrada, la cual tenГa dos escalones.
«¿Sabes que el compañero 13 y sus amigos no irán a ningún lugar? Lo harán todo desde casa. Eso sà que es una injusticia. Mi padre dice que es lo mejor. Todo a distancia; un mar de ventajas. Los exámenes son más fáciles y los créditos se activan. Es como un trabajo y ¡después hacen el máster! ¿Lo pillas? ¡Máster gratuito con perspectivas de trabajo!»
Ivano no entendГa nada. No entendГa en quГ© trabajaba el padre de su amigo, ya que siempre lo sabГa todo. Para Г©l, la vida de sus amigos era un misterio y su padre parecГa que no se hubiese ocupado de nada mГЎs que de su familia. En su casa no se hablaba de un tema asГ tan peligroso. De hecho, despuГ©s de la alerta, Ivano volviГі a la debida modestia de siempre y se consolaba diciГ©ndose que un tГo con el triple de crГ©ditos y derechos que Г©l habГa acabado en el mismo Contenedor que Г©l, pero poco despuГ©s comenzГі a tener sudores frГos mientras pensaba en cosas negativas: las que le dijo su abuelo. ВїY si no lo conseguГa? Su padre se decepcionarГa. Contrariamente a su habitual comportamiento, decidiГі hablar enseguida con su padre; poner las cartas sobre la mesa. Planear. Ivano se despidiГі de su amigo, acordando que se verГan pronto, incluso para charlar un poco sobre su prГіxima experiencia en comГєn. De camino a casa, Ivano se acordГі de algo. Se acordГі de una poesГa que el padre le decГa de memoria antes de dormir, pero solamente cuando era muy pequeГ±o. El padre, la Гєltima vez que se la dijo, llorГі y desde ese dГa no la volviГі a escuchar mГЎs; nunca se le pasГі por la cabeza pedirle que se la dijese o la escribiese. DecidiГі que enfrentarГa a su padre esa noche hablГЎndole de esa vieja poesГa, que le traГan fuertes recuerdos antes olvidados.
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